EL INVENTARIO DE DESLIZAMIENTOS (1970-2023) EN VERACRUZ: UNA HERRAMIENTA CLAVE PARA LA REDUCCIÓN DEL RIESGO DE DESASTRES.
La inestabilidad de laderas representa uno de los peligros más significativos para el estado de Veracruz; esta amenaza ha provocado daños significativos, pérdidas económicas y humanas. Para reducir el riesgo de manera efectiva, es esencial una evaluación adecuada del peligro, con el fin de implementar estrategias de reducción efectivas.
Por consiguiente, resulta imprescindible contar con un inventario de deslizamientos que identifique y clasifique la tipología de los movimientos, su ubicación, fecha de ocurrencia, magnitud, daños y pérdidas, así como los factores condicionantes y desencadenantes (Alcántara y Murillo, 2008; McCalpin, 1984; Guzzetti et al., 2012, Gómez-Piña et al., 2019). Este estudio integra datos de diversas fuentes: Conjunto de datos nacional sobre la susceptibilidad del fenómeno de movimiento en masa 2012-2022 (INEGI, 2025); Atlas de Riesgo del Estado de Veracruz (SPC, 2024); Morales-Barrera W. y Rodríguez-Elizarrarás, S. (2014), Sistema de Inventario de Desastres DESINVENTAR (OSSO, C., 2025); y Rodríguez-Elizarrarás S. y Morales-Barrera, W. (2014).
Estas bases utilizan diversas metodologías para recabar la información, por lo que fue necesario hacer un refinamiento de los datos y estandarizar la información. El catálogo resultante proporciona datos de los sucesos ocurridos entre 1970 y 2023, documentando 6,219 deslizamientos. No obstante, la distribución espaciotemporal anual solo pudo ser obtenida desde 1995 hasta 2024, resultando en un total de 6029 registros.
El registro permitió identificar que el 52% de los deslizamientos se originan en rocas sedimentarias, predominantemente en calizas (1182), lutitas-areniscas (698), lutitas (373) y lutitas calcáreas (379). El 38% se localiza en rocas basálticas (874) y tobas básicas (734). Adicionalmente, existe un porcentaje inferior al 10% en los depósitos aluviales. Los suelos andosoles y luvisoles presentan un mayor grado de susceptibilidad, ya que registraron 1907 y 1152 deslizamientos respectivamente; mientras que en los acrisoles y regosoles la susceptibilidad es media, con 608 y 579 respectivamente. En áreas afectadas por incendios forestales, se han registrado 814 desplazamientos de laderas, mientras que, de los 865 manantiales documentados, en 284 se ha producido inestabilidad de laderas. Además, es imperativo subrayar que, de los 276 bancos oficiales de materiales, 127 han manifestado problemas de inestabilidad.
Este inventario indica que la mayoría de los deslizamientos ocurren entre julio y noviembre, período que coincide con la temporada de lluvias y ciclones tropicales en el Atlántico, destacando la fuerte correlación entre estos fenómenos. Desafortunadamente, los registros existentes no permiten determinar la magnitud exacta de cada evento.
Es importante subrayar que este inventario facilitará el desarrollo de métodos predictivos sólidos en relación con los deslizamientos desencadenados por lluvias, lo cual es fundamental para una reducción de riesgo efectiva.
Además, proporciona información esencial que facilita la comprensión de la relación entre los factores ambientales, morfológicos, geológicos, antrópicos y la distribución espaciotemporal de los deslizamientos.