RIESGO DE MORTALIDAD POR ENFERMEDADES CRÓNICAS Y SU RELACIÓN CON EVENTOS CLIMÁTICOS EN LA ZMVM: PERSPECTIVAS DESDE LA CIENCIA DE DATOS
El cambio climático antropogénico está ampliamente reconocido como una de las principales amenazas para los sistemas sociales y naturales. El aumento de temperaturas, los cambios en los patrones de precipitación y otros fenómenos extremos ya impactan de forma directa e indirecta diversos aspectos de la sociedad, incluyendo la economía, la educación, la cultura y la salud. Específicamente, en el ámbito de la salud humana, se observan efectos como el incremento de eventos meteorológicos extremos —por ejemplo, inundaciones y la sobreexposición al calor o al frío—, así como sequías, incendios y contaminación atmosférica. Estos fenómenos afectan de manera diferencial a poblaciones de distintos tamaños. La degradación ambiental, resultado del cambio climático y sus eventos asociados, presenta desafíos únicos para las áreas urbanas y sus crecientes poblaciones, como es el caso de la Zona Metropolitana del Valle de México. Se proyecta que fenómenos extremos —tales como olas de calor y sequías—, sumados al efecto de la isla de calor urbana y la contaminación atmosférica, tendrán un impacto significativo en la incidencia de enfermedades no transmisibles, especialmente las respiratorias y cardiovasculares. A pesar de esto, el efecto combinado de dichos factores sobre la mortalidad sigue siendo poco comprendido. Este trabajo utiliza enfoques de ciencia de datos para evaluar los efectos individuales y conjuntos del cambio climático observado (2000–2019), los eventos extremos y la contaminación del aire en la mortalidad por enfermedades no transmisibles (cardiovasculares, respiratorias, metabólicas, mentales y neurológicas) en la ZMVM. Los resultados preliminares muestran tendencias espacio-temporales en la mortalidad por enfermedades crónicas. Las enfermedades cardiovasculares y metabólicas se destacan como un problema de salud prioritario debido a su incremento sostenido en las últimas dos décadas. Asimismo, se han identificado grupos poblacionales y regiones con mayor riesgo de mortalidad. Durante el periodo de estudio, la temperatura media de la región aumentó entre 0.6 y 0.8 °C, con un incremento en el número de días con temperaturas máximas extremas (por encima del percentil 90). La cuantificación precisa del riesgo de mortalidad asociado a estos eventos climáticos permitirá identificar las poblaciones y zonas más vulnerables. Esta evidencia es crucial para el diseño de políticas públicas de adaptación y protección de la salud.